Reseña del Juego Another Crab’s Treasure


Uno de los títulos independientes más anticipados del año es Another Crab’s Treasure. Desde su presentación, nos llamó la atención porque se trata de un soulslike pero se ve muy diferente a Dark Souls, Sekiro, Lies of Pi, Bloodborne y otros juegos de este estilo que siempre se desarrollan en mundos tenebrosos y sombríos.

En esta aventura, todo a nuestro alrededor está lleno de vida, color, asombro y belleza, pero como dice el dicho: las apariencias engañan. Another Crab’s Treasure tiene mensajes y críticas profundas y un poco depresivas y una jugabilidad que sin duda pondrá a sudar a varios expertos de los souls. Puede servir como una introducción al género, pero también como prueba de que estos juegos tienen cabida para soltarse el cabello y ser diferentes.

La basura de unos es el tesoro de otros (y al revés)

En esta aventura, tomamos el rol de Kril, un tierno cangrejo ermitaño que toda su vida ha vivido en la orilla del mar y lejos de la sociedad, y por lo mismo, adora su caparazón con toda su alma, ya que es el único lugar en donde nadie lo molesta y puede estar en paz. Un día, un tiburón de juguete le embarga su casa debido a que nunca ha pagado sus impuestos, así que nuestro protagonista es expulsado de su conchita amada.

Esto obliga a Kril a sumergirse en el océano para buscar a la reina y pedirle de vuelta su caparazón. En el instante en que entramos en el agua, se nos presentan todos los peligros que encontraremos en el mar: cangrejos asesinos, peces violentos, barrancos que nos llevan a una muerte instantánea, etcétera. Para enfrentar todo esto, recogemos un tenedor oxidado que nos servirá como espada, y también basura como latas de refresco, tapones de botellas y vasitos de shots que sirven como caparazón de reemplazo y detienen los golpes de los enemigos.

Una vez que llegamos al Palacio de la Reina, descubrimos que la razón por la que estos peces y cangrejos nos atacan es que están infectados por un virus causado por la contaminación en el mar. Así nos damos cuenta de que, justamente, todo el océano está lleno de basura como cartón, plástico, aceites y mucho más.

Para nosotros puede ser impactante ver que productos que usamos a diario están esparcidos por todo el mar, pero para estos animales es algo normal. Sus casas están hechas de cartón, su ropa con trapos viejos, sus automóviles son juguetes y su moneda de cambio son microplásticos. Al mismo tiempo, hay una parte en el juego en donde vemos muchísimos fajos de billetes que para nosotros serían muy valiosos, pero para ellos es papel inservible.

Esto le da un toque irónico, gracioso pero también reflexivo; como el ser humano nunca se ha cansado de contaminar el mar, a sus habitantes no les quedó de otra más que usar su basura para progresar como civilización. Igualmente, esto da mucho carisma a la entrega, ya que ver cómo los animales marítimos dieron uso a estos objetos siempre es sorprendente, y muestra la creatividad de los desarrolladores para construir este mundo.

Un mundo suciamente hermoso
Un mundo suciamente hermoso

¡No toques mi basura!

Además de construir ciudades en el mar, esta basura nos ayuda a progresar y sobrevivir. Como comentamos, usamos objetos como envases de Yakult, patitos de hule y tazas para reemplazar nuestro caparazón y protegernos, pero cada uno tiene una habilidad especial. Por ejemplo, la lata de refresco lanza unas burbujas que lastiman a los enemigos, la pelota de tenis nos ayuda a rodar y el rollito de sushi aumenta nuestra salud.

Estos poderes hacen que sea sumamente emocionante recoger y usar un caparazón nuevo, porque parte de la magia está en ver la habilidad especial que nos otorga. Igualmente, hay un registro que nos ayuda a ver todos los que hemos conseguido, así que podríamos decir que son un coleccionable, así que hay varias razones para buscarlos. El único problema es que algunos reciclan su uso; varios nos otorgan un uppercut idéntico y otros nos dan boosts de fuerza, velocidad, defensa, etc.

Como comentamos, la moneda de cambio en este mundo son los microplásticos. Estos los conseguimos al derrotar a algún enemigo, ya que todos los animales de este juego están repletos de ellos. Tienen 2 usos: comprar objetos en las tiendas de las ciudades y subir de nivel. Como buen souls, Another Crab’s Treasure tiene características de RPG; entre ellas, incrementar nuestro ataque, salud, defensa y los poderes de nuestros caparazones.

Sus...
Sus…

En el vasto océano encontramos unos Caparazones Luna que son básicamente las fogatas de Dark Souls; en ellas guardamos el juego, aparecemos cuando morimos, nos teletransportamos y usamos nuestros microplásticos para subir de nivel. Es muy importante acudir a ellos constantemente, porque cada punto que agregamos a nuestra fuerza, defensa y salud se nota muchísimo en la jugabilidad.

Esto le da un grado de importancia mayor a combatir enemigos; porque muchas veces los evitamos por miedo a que nos maten o para avanzar más rápido, pero como necesitamos muchos microplásticos para hacernos más fuertes, es mejor enfrentarlos.

Cada vez que nos matan, perdemos todos los microplásticos que teníamos, y para recuperarlos, debemos ir al lugar en donde morimos y reclamar nuestra alma. Afortunadamente, pensamos que los Caparazones Luna están muy bien repartidos, así que jamás avanzamos mucho sin ver alguno o tuvimos que recorrer muchos kilómetros para encontrar nuestro espíritu.

Además de subir de nivel con ayuda de nuestros microplásticos, hay unos cristales que podemos usar en el árbol de habilidades y que nos ayudan a ser más fuertes. Estas mejoras también son muy importantes para el combate y el desarrollo de Kril, ya que añaden ataques, movimientos y más a nuestro repertorio para que así seamos más peligrosos y tengamos un repertorio amplio a la hora de pelear.

No olvides comprar estas olvidades, son muy útiles
No olvides comprar estas olvidades, son muy útiles

Las apariencias engañan

A pesar de que en este juego no combatimos contra demonios de ultratumba o semidioses como en otros souls, es una experiencia bastante retadora. Hasta el jugador más experimentado encontrará un par de jefes que lo destruirán varias veces, pero tampoco es imposible o injusto. Hay situaciones en donde la dificultad está más relacionada con la cantidad de enemigos que nos emboscan, pero nunca estuvimos en un punto donde hayamos pensado “jamás podremos pasar esta parte”.

En caso de que nunca hayan jugado un souls o sean malos en este tipo de juegos, hay un menú de accesibilidad increíblemente detallado y que nos parece un acierto muy grande por parte de Aggro Crab. El juego tiene una dificultad estándar, pero podemos cambiarla a fácil o modo historia; si alguien piensa que se rebaja mucho el reto, también está la opción de mover elementos específicos.

Por ejemplo, si quieren seguir en el modo estándar, pero creen que los ataques de los enemigos son demasiado poderosos, pueden disminuir el daño de sus ataques. Hay muchas opciones para decidir el nivel de reto que queramos y podamos jugar a nuestra manera. Ya si de plano queremos avanzar sin alguna complicación, incluso podemos darle a Kril una pistola que elimina hasta a los jefes de un sólo disparo. Es increíble que tengamos estas posibilidades y se agradece que ninguna sea obligatoria.

Ya que hablamos de los jefes, a pesar de que la mayoría de los enemigos son de nuestro tamaño o un poco más grandes, los bosses son gigantescos, brutales, bestiales y feroces, pero pelear contra ellos es una gozada. Al principio son sumamente intimidantes, pero el mismo juego constantemente nos da las herramientas para que podamos vencerlos.

Desde los caparazones y sus poderes especiales, pasando por el incremento de nivel gracias a los microplásticos hasta los aprendizajes que se derivan de tutoriales y de observar el comportamiento de nuestros enemigos, la curva de dificultad es muy justa y amigable para todos. Derrotar a todos es un reto, pero uno asequible y muy satisfactorio.

Me cansé de ser buena onda
Me cansé de ser buena onda

Mucho más que espadazos

Uno de nuestros puntos favoritos de Another Crab’s Treasure es que también pone mucha atención al plataformeo. Una de las inspiraciones del juego, dicho por el estudio Aggro Crab, es Donkey Kong 64, y se nota, pero también encontramos detalles de otros títulos como Banjo-Kazooie y Super Mario Odyssey. Hay muchas secciones en donde el reto es progresar, y no tanto derrotar a una horda de enemigos o a un jefe.

Uno de los juegos de los que se inspira claramente es Sekiro, del que toma la mecánica de usar un gancho para columpiarnos por los aires o alcanzar redes para después escalarlas. Eso, junto a nuestro salto que nos permite flotar por un instante en el aire al estilo de Yoshi, hace que el movimiento tenga varias opciones para ayudarnos a avanzar. Obviamente no podemos hacer múltiples saltos como Mario, pero nuestro repertorio es suficiente para hacer una que otra cosita impresionante.

Hubo varias ocasiones en donde llegamos a algún punto o lugar que parecía inaccesible o que nos hizo preguntarnos si los desarrolladores tenían planeado que lo alcanzáramos, porque parecían imposibles de encontrar. La última vez que habíamos vivido algo parecido fue en Super Mario Odyssey, y ese tipo de detalles hizo que nos diéramos cuenta de que Another Crab’s Treasure no quiso ser un plataformero 3D del todo, pero tomó varios detalles importantes de ese género para moldear su estructura.

Brinca, trepa y haz lo que sea para avanzar
Brinca, trepa y haz lo que sea para avanzar

Los mundos son fascinantes porque es divertido ver de qué están hechos, pero igualmente porque son enormes y tienen mucho por descubrir. A primera vista parece un título lineal, y podemos pasarlo de esta manera, pero si dedicamos un poco de tiempo a la exploración nos damos cuenta de que hay numerosos secretos, y encontrarlos vale totalmente la pena. Hablamos de que hay desde nuevos caparazones, objetos que incrementan nuestra salud o curación, basura que podemos vender por un excelente precio y hasta jefes opcionales.

Además, gracias a que hay muchos Caparazones Luna esparcidos por cada zona, es muy sencillo viajar entre éstas en caso de que hayamos olvidado algo o queramos regresar y explorar más. Ya que hablamos de las áreas, diremos que son muy distintas entre ellas, así que recorrerlas es fascinante. A pesar de que estamos en el mar, cada lugar tiene distintivos tanto en lo visual como en la jugabilidad.

Por ejemplo, hay un pueblo que está completamente contaminado de los residuos de la compañía más grande del océano, y como es muy tóxico, tenemos que cruzar constantemente plataformas y usar ganchos para evitar caer en estos residuos. También hay una zona llena de vegetación que nos recordó al Kokiri Forest, o igual el fondo del mar, que es tenebroso, oscuro y en él aguardan a los peligros más feroces de la aventura.

En este mundo, tanto nosotros como los mismos peces contaminaron demasiado
En este mundo, tanto nosotros como los mismos peces contaminaron demasiado

¿Quién diría que los cangrejos ermitaños son tan ermitaños?

Un detalle que nos encantó de Another Crab’s Treasure es que, a pesar de tener tanto cuidado con su jugabilidad, mecánicas y diseño de niveles, jamás descuida la narrativa, y constantemente hay sucesos que la refrescan y nos recuerdan nuestro objetivo. Para la mitad de la campaña, el juego nos presenta al verdadero villano, y también a otros personajes con los que nos encariñamos y que ayudan a fortalecer este campo.

Eso sí, por más giros y cambios que haya en la historia, Kril tiene sólo un objetivo: recuperar su caparazón para aislarse de nuevo. Todos los amigos que conocemos adoran a nuestro protagonista y se deleitan ante sus habilidades, pero él no tiene la intención de vivir con ellos o formar una relación muy profunda. Esto eventualmente hace que el cangrejo se cuestione muchas cosas, y es muy interesante ver estos dilemas internos.

El combate y plataformeo siempre son la motivación principal para avanzar en la aventura y aferrarse al control, pero la historia igualmente brilla por momentos y se toma el tiempo perfecto para que nunca olvidemos la meta de Kril ni mensajes como el daño que la contaminación puede hacer al mundo o lo que una vida de reclusión puede causar. Además, todo esto está adornado con la dosis perfecta de humor, que está totalmente inspirado en los títulos noventeros de Rare.

¿Ah caray, quién dejó esto aquí?
¿Ah caray, quién dejó esto aquí?

Basura que no puede esconderse debajo de la alfombra

Another Crab’s Treasure es una entrega fabulosa y que brilla en casi todas sus aspiraciones, pero también tiene algunos defectos. El más notorio son los problemas técnicos. Por ejemplo, cuando entramos en una zona nueva le cuesta muchísimo cargar, por lo que se congela por varios segundos y tarda bastante en arrancar de nuevo. Esto es muy molesto porque arruina por completo la inmersión y la felicidad de descubrir una área nueva.

Otro problema que es igual o hasta más grave es que el posicionamiento de la cámara a veces es terrible. En espacios pequeños, como dentro de una cubeta, es casi imposible ver muy bien lo que hay dentro, y si un enemigo nos encara ahí, estamos en serios problemas. Igualmente, cuando queremos que la mira enfoque a un oponente en específico, apunta a otro totalmente fuera de foco y provoca que nos descuidemos.

Por último, aunque comentamos que hay muchas zonas muy interesantes y explorables, hay otras que aportan muy poco o que son básicamente un pasillo sin mucho que ofrecer. Afortunadamente son mínimos, pero nos hacen pensar que los desarrolladores sólo los metieron para tener más contenido o que les faltó tiempo para trabajarlos.

Al menos la cámara nos deja ver el corazoncito del buen Kril
Al menos la cámara nos deja ver el corazoncito del buen Kril

Veredicto

Another Crab’s Treasure es un souls muy completo: puede servir como introducción al género, pero igualmente ofrece mucho reto a quien sea experto, tiene mucho de lo que implementó Dark Souls, Sekiro y otras entregas, y al mismo tiempo añade su toque de carisma y creatividad, y no tiene miedo de agregar ingredientes de otras sopas como los plataformeros en 3D. Es un título que, por donde lo veamos, tiene algo para casi cualquier jugador.

Es de esos juegos que a kilómetros deja ver que está hecho con mucho amor, cariño y atención al detalle. Que saque nota positiva en su jugabilidad, historia, diseño de niveles, mecánicas y hasta música lo demuestra, y esperemos que todos le den una oportunidad. Tiene puntos a mejorar, pero son tan mínimos, que incluso son necesarios para que una futura secuela se acerque aún más a la perfección.

No olvides tomarte un descanso y hacerle caso a las advertencias
No olvides tomarte un descanso y hacerle caso a las advertencias

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